Sobre el amor, Sri Swami Shivananda
El amor es la ley de la vida. Amar es cumplir la Ley. Y cumplir la Ley significa paz eterna y felicidad perdurable.
Este mundo ha surgido del amor. Existe en el amor. Se disuelve finalmente en el amor. El amor es la fuerza motivadora del universo.
El amor es la vida. Es felicidad. Es calor. Es un cordón de oro que ata un corazón a otro y un alma a otra.
El amor es constructivo y creativo. El amor ata y edifica. Es el principio de la regeneración. Es una verdadera sustancia que puede utilizarse con confianza. Es algo concreto y positivo. Quien aplica la ley del amor con precisión científica puede hacer maravillas. La ley del amor es una ciencia mucho más grande que cualquier ciencia moderna. La ley del amor prevalece entre los santos y los hombres de bien.
Vivir es amar. Amar es vivir. Vives para aprender a amar. Amas para aprender a vivir en lo Eterno. Una vida sin fe, amor y devoción es una triste pérdida; es la verdadera muerte.
No hay virtud más grande que el amor. No hay tesoro mayor que el amor. No hay conocimiento más grande que el amor. No hay Dharma mayor que el amor. No hay religión más grande que el amor. Pues el amor es la Verdad. El amor es Dios. Dios es la encarnación del amor. En cada pulgada de Su creación puede contemplarse verdaderamente Su amor.
El amor es el camino más inmediato hacia la Verdad o el Reino de Dios. Es el principio vital de la creación. Es la más elevada expresión del poder del alma. Constituye la suma total de todos los deberes religiosos.
Es una varita mágica en manos del devoto, con la cual puede conquistar el mundo entero. El amor era también la fuerza motora tras Mira, Radha, Tukaram, Tulsidas, Gouranga, Jesús y los Sufis, intoxicados de Dios, Mansur y Shams Tabriz.
–Sri Swami Shivananda