Los maravillosos efectos de la compasión.

Investigaciones del ámbito de las neurociencias están reportando actualmente que la compasión, entendida como la capacidad de acompañar el sufrimiento de nosotros mismos y de los demás, es fundamental para producir cambios en la salud y la calidad de vida.

Laura me comenta que, de todas las meditaciones que ha hecho en el transcurso del programa de Mindfulness, una la ha beneficiado especialmente y la ha llenado de felicidad: la meditación de la compasión y el amor incondicional.

Laura es una joven ingeniera que roza los 40 y tiene dolor crónico de espalda y una posible fibromialgia (diagnóstico en suspenso todavía). Comenzó el programa porque sentía necesidad de encontrar alivio a sus dolores y un equilibrio para una vida de empresaria exigida y abrumada por las obligaciones.

En el transcurso de las clases se mostró interesada, atenta y participativa… pero también algo intolerante (en especial con algunos compañeros), perfeccionista y hasta algo soberbia por momentos. Estas últimas características, junto con la irritabilidad, suelen dar un perfil psicológico de quienes tienen dolor crónico.

Laura se benefició de la atención concentrativa, disminuyendo su dispersión, y comenzó a ganar en equilibrio y atención plena a la vida cotidiana con el transcurso de las primeras semanas… pero aún estaba en deuda con sus malestares y su sufrimiento psíquico.

Sólo cuando aprendió la meditación de la compasión y comenzó a discutirse este concepto en clase, pudo volverse hacia esta dimensión sufrida de sí misma y establecer un diálogo con ella. Detectó su implacable sentido de la obligación y la moral y su escrupulosa organización de las actividades diarias. En resumen, comprendió que su vida estaba organizada en base a sí misma y nada más: no había lugar más que para su dolor, sus molestias y sus desafíos.

Qué dice la ciencia

Algunas investigaciones prometedoras en el ámbito de las neurociencias están reportando actualmente que la compasión, entendida como la capacidad de acompañar el sufrimiento de nosotros mismos y de los demás, es fundamental para producir cambios en la salud y la calidad de vida.

A la consabida prueba de resonancia funcional que hicieron los monjes en el inicio de este siglo mientras practicaban la meditación de la compasión, que demostró la activación de redes neuronales asociadas con la felicidad y el bienestar, tenemos que agregarle la de Antoine Lutz y colegas (2008) sobre la activación de circuitos más profundos como los de la ínsula y la amígdala en meditadores de experiencia, y la de Nicholas Van Dame (2010) quien demostró en un estudio de 504 personas, que el grado de compasión que sentimos por nosotros mismos es más efectivo que cualquier otro sentimiento para mejorar síntomas de pacientes con ansiedad y depresión.

¿Por qué? Aún no lo sabemos bien, pero intuimos por qué: las personas con sufrimiento crónico necesitan dejar de autoexigirse y lamentarse por lo que les toca transitar, perder el “egocentrismo de la enfermedad” y poner sus energías en desarrollar aquello que la enfermedad no les anula: sus capacidades creativas, su vocación de desarrollo, etc.

En alguna medida, “amigarse con sus síntomas” (¡ojo, que no es lo mismo que resignarse!) les permite encontrar un pequeño espacio para respirar aire nuevo. Y reconocer que no son la enfermedad, sino que la tienen consigo, pero son mucho más que una esclerosis múltiple o una fibromialgia. Así, poco a poco dejan de lamerse las heridas y “vuelven al ruedo de la vida”.

En nuestra práctica meditativa de la compasión nos repetimos algunas frases, a manera de oración, mientras nos visualizamos como seres integrales: “que yo pueda estar bien, que pueda estar protegido y sea tan sano y fuerte como esté a mi alcance… que pueda sentir amor y compasión por mí mismo y por todos los seres que sufren. Que pueda ser feliz”. También deseamos lo mismo a los que sufren. Poder conectar con este sentimiento de compasión por los demás tiene efectos poderosos sobre nosotros mismos, nos llena de bienestar y profunda paz interior.

Recientemente la Universidad de Stanford ha creado un Centro para la educación e investigación de la compasión y el altruismo (Center for Compassion and Altruism Research and Education), proyecto para el cual el propio Dalai Lama ha brindado donaciones y ofrecido su colaboración. Así, la esperanza de seguir tendiendo puentes entre espiritualidad y ciencia continúa vigente.

Fuente: https://www.clarin.com/ser-zen/neurociencia-compasion_0_Bk-I1tFPXx.html

Publicaciones Similares

  • |

    Cómo hacer jabón y suavizante para la lavadora

    Con estas dos recetas tendrás la ropa perfectamente limpia, de una forma barata y respetuosa con el medio ambiente. ¡Además es divertido hacerlo! Jabón para la lavadora Ingredientes:  3 litros de agua 40 gr. de jabón de marsella (o Lagarto, o uno hecho en casa con jabón y sosa). Es importante que no tenga glicerina, porque la ropa quedaría con manchas blancas. 3 cucharadas soperas de bicarbonato sódico. Instrucciones: Rallamos los 40 gr. de jabón Ponemos a calentar los tres litros de agua. El bicarbonato lo ponemos en otro recipiente y cuando el agua esté tibia le echamos dos tazas para disolverlo bien. Cuando el agua esté bien caliente le…

  • 20 consejos de sabiduría de los indígenas norteamericanos

    Si aplicaramos al menos alguno de estos 20 consejos de sabiduría de los indígenas norteamericanos en nuestra ajetreada vida occidental, seguro que mejoraría. Levántate con el sol para orar. Ora solo. Ora frecuentemente. El Gran Espíritu te oirá si le hablas. Sé tolerante con aquellos que han perdido el camino. Búscate a ti mismo, por tus propios medios. Trata a los huéspedes en tu casa con mucha consideración. No tomes lo que no es tuyo, sea de una persona, una comunidad, de la selva o de una cultura. Respeta todas las cosas que están sobre esta tierra, sean personas o plantas. Honra los pensamientos, deseos y palabras de todas las…

  • Contacto con animales y felicidad

    Las endorfinas son conocidas como la hormona de la felicidad Las endorfinas son unas sustancias (Péptidos opioides endógenos) que produce nuestro cuerpo, de forma natural, para conseguir atenuar el dolor y/o producir una sensación de bienestar. Es por eso que las endorfinas son conocidas también como hormonas de la felicidad. Las endorfinas son sustancias naturales segregadas por el cerebro que tienen la propiedad de hacer que nos sintamos bien. Estas actúan como los opiáceos proporcionando una sensación de bienestar y euforia. Los nervios de la piel pueden liberar endorfinas, por eso los masajes suaves, las caricias, una ducha caliente o tomar el sol te ayudan a sentirte mejor, así como los abrazos,…

  • Las cinco heridas que te impiden ser tu mismo

    Venimos a aprender a aceptar y amar incondicionalmente partes de nosotros que hasta ahora han vivido ignoradas y con miedo. Somos atraídos hacia padres con heridas como las nuestras para recordarnos qué hemos venido a amar. Aprender a aceptar nuestras heridas es aprender a ser responsables y a amarnos incondicionalmente, y esa es la llave para la transformación y la sanación del alma. ¿Te has dado cuenta que cuando acusas a alguien de algo, esa persona te acusa a ti de lo mismo?  Verifícalo con la otra persona, y aparte de sorprenderte, verás cómo te liberas de juicios. No aceptar nuestra herida, sentirnos culpables, con vergüenza o juzgarnos, es atraer…

  • Solsticio de invierno – Yule

    Solsticio de invierno La noche más larga del año. También marca el punto en el que las noches dejan de ser cada vez más largas, a partir de esta fecha son los días los que empiezan a alargarse. Desde el periodo neolítico y después, en las culturas romana y celta, se festejaba el regreso del Sol. Se veía como un triunfo del Sol sobre las tinieblas, y se celebraba con fogatas. En la tradición celta esta fiesta se conoce como Yule. Imagina la importancia de la luz en la antigüedad Los seres humanos, hemos vivido cientos de miles de años en contacto con la naturaleza, siendo parte de ella. Sola estos…

  • Nueve secretos para despertar el alma

    Todo el mundo, sin excepción, tiene un Alma. Esta esencia de luz es el común denominador que une la creación, el cosmos y la vida. Aquí puedes leer nueve secretos para despertar el alma: Primer secreto: Respirar consciente La respiración es un mecanismo muy particular, puede ser automático o consciente. Cuando es automático sobrevives, continuas viviendo sin darte cuenta. Cuando la respiración pasa a ser consciente, te das cuenta de que estás vivo, presente, consciente. La respiración siempre ocurre en el presente, no en el pasado o el futuro. Y en el presente eterno está nuestra divinidad interior. Respirar en forma consciente en todo momento para estar más alerta de nosotros mismos,…