Cultivar un limonero a partir de semillas
Los limoneros florecen al aire libre durante todo el año en regiones cálidas y soleadas, pero también pueden crecer y dar fruto en si se cultivan como plantas de interior.
Si la vida te da limones… ¡cultiva un limonero!
Guía paso a paso para cultivar un limonero a partir de semillas:
Cosas que necesitarás:
1. Un limón. Asegúrate de que sea orgánico, las semillas de los limones no orgánicos suelen ser incapaces de germinar.
2. Tierra para macetas. Las que tienen mezcla de turba, perlita, vermiculita y abono orgánico suelen funcionar muy bien.
3. Maceta. Un recipiente, con orificios de drenaje, de unos pocos centímetros de diámetro sirve como semillero. Sin embargo, la plántula tendrá que ser trasplantada a un tiesto mucho más grande. Para un limonero adulto están bien una maceta de unos 25-40 cm de profundidad y unos 30-50 cm de diámetro. Ten en cuenta que tiene que crecer un árbol.
4. Los limoneros necesitan mucha luz, especialmente cuando están creciendo. Si no se tiene un lugar siempre soleado funciona igual de bien poner una luz de cultivo, que no son muy caras y son realmente efectivas.
Método para la germinación de la semilla:
1. Pre-humedece la tierra para macetas. Pon un poco de tierra en un cubo y mézclala con un poco de agua.
2. Llena el tiesto con esa tierra, dejando unos centímetros de espacio debajo del borde.
3. Abre el limón y elige una semilla que parezca completamente llena de vida. Ponlo en tu boca y límpiala hasta que no quede carne ni sabor a limón. La semilla no debe secarse en ningún momento, para que pueda germinar, así que es buena idea mantenerla en la boca hasta que sea el momento de plantar.
4. Planta la semilla. Mientras que la tierra permanece bien húmeda, planta la semilla aproximadamente 1 cm por debajo del nivel del suelo. Cubre completamente con tierra y empápala bien con una botella con atomizador o un riego suave.
5. Cubra el recipiente con plástico transpirable para mantener las semillas cálido y húmedo. Por ejemplo, una bolsa de basura clara con agujeros y bien sujeta con una goma elástica puede servir.
6. Colocar el recipiente en un lugar cálido y vigilarlo durante los siguientes días. La semilla necesita calor y humedad para germinar. No se puede dejar que la tierra de la maceta se seque por completo. Pero también hay que tener en cuenta que un exceso de calor y humedad puede pudrir la semilla. (si el suelo está suficientemente caliente sin el plástico, este puede quitarse)
7. En unas dos semanas se puede notar un brote que surge de la tierra. Una vez que aparece, se quita el plástico (si todavía está encendido) y se coloca en un lugar cálido, mucha luz solar directa.
En poco menos de dos meses la plántula está lista para pasar a una casa más grande.