risa y zen

La Risa y el Zen

la risa y el zen

Budha iba a dar una charla especial, y miles de seguidores habían venido desde muchos kilómetros a la redonda. Cuando Budha apareció, tenía una flor en su mano.

Pasaba el tiempo y el maestro Budha no decía nada, estaba sentado y simplemente miraba la flor. La muchedumbre se impacientaba pero Mahakashyap, quien no pudo aguantarse más, comenzó a reír.

Budha le hizo una señal para que viniera, le entrego la flor y le dijo al gentío: «Tengo el ojo de la Verdadera enseñanza. Todo lo que se pueda dar con palabras ya se los he dado. Pero con esta flor, le doy a Mahakashyap la llave de la enseñanza».

Esta historia es una de las más significativas, porque desde allí se transmitió la tradición Zen. Budha fue la fuente, Mahakashyap fue el primer maestro y esta historia es la fuente desde donde toda la tradición (una de las mas bellas y vivas que existen en la Tierra, la tradición Zen), comenzó.

Mahakashyap se río de la tontera del hombre. La gente inquieta pensando: «¿A que hora se va a levantar Budha y dejara ese silencio para que podamos volver a casa?». El se río, y la risa comenzó con Mahakashyap y ha seguido y seguido en la tradición Zen. En los monasterios Zen, los monjes han estado riendo, riendo y riendo…

Mahakashyap se río, y su risa incluía muchas dimensiones. Una dimensión era la tontería de toda la situación, de un Budha en silencio, nadie que lo entienda y todo el mundo esperando que hable. Toda su vida Budha había estado diciendo que la Verdad no puede ser dicha, aun así, todo el mundo esperaba que hablara.

En la segunda dimensión el se río de Budha también, de toda la situación dramática que había creado, sentado allí en silencio con una flor en la mano, mirando la flor, creando intranquilidad e impaciencia en todos. Ante ese gesto dramático de Budha, él rió y rió.

En la tercera dimensión él se rió de si mismo, con Budha sentado en silencio, con los pájaros cantando en los árboles y todo el mundo inquieto, Mahakashyap entendió. ¿Que entendió? Entendió que no hay nada que entender, que no hay nada que decir, no hay nada que explicar. Toda la situación es simple y transparente, no hay nada escondido, no hay nada que buscar,
porque todo lo que es, esta aquí y ahora dentro de ti. El se rió de si mismo por todo el esfuerzo absurdo de tantas vidas, solo para comprender ese silencio.

Budha lo llamo y le dijo: «Por medio de esta flor te entrego la llave». ¿Cual es la llave? Silencio y risa es la llave y cuando la risa proviene del silencio, no es de este mundo, es divina. Cuando la risa provienen del silencio no te estas riendo a costa de nadie, simplemente te estas riendo de todo el chiste cósmico, y realmente es un chiste. Es un chiste porque dentro de ti tienes todo, y tu lo estas buscando en todas partes.

 

¿Quieres aplicar esta sabiduría en tu vida diaría?

El fin de semana del 22 al 24 de Noviembre podrás ponerlo en práctica esto y mucho más en el Taller de Clown que imparte Ignacio Maffi.Más info: taller-de-clown

Publicaciones Similares

  • Cielo e infierno

    Según cuenta un antiguo relato japonés, un belicoso Samurai desafió en una ocasión a un maestro Zen a que le explicara el concepto de cielo e infierno. Pero el monje respondió con desdén: «No eres más que un patán. ¡No puedo perder el tiempo con individuos como tú!». Herido en lo más profundo de su ser, el Samurai se dejó llevar por la ira, desenvainó su espada y gritó: – Podría matarte por tu impertinencia.- «Eso -repuso el monje con calma- es el infierno». Desconcertado al percibir la verdad en lo que el maestro le señalaba con respecto a la furia que lo dominaba, el Samurai se serenó, envainó la…

  • La leyenda Inca del eclipse

      Al inicio del tiempo, antes de que los seres humanos y todo lo que conocemos sobre la tierra existan y luego de crear a este planeta,Viracocha (dios inca creador de todo el universo), dio origen a dos astros para iluminarlo y permitir la vida sobre él, estos astros eran el sol y la luna. Uno marcaría la llegada del día y la otra de la noche una vez que su máxima creación, a la que llamaría, hombre habitara la tierra. Pero ellos no conocían el destino para el que habían sido creados y se enamoraron profundamente, vivieron un intenso romance hasta que un día su creador terminó de formar…

  • Sobre la existencia de Dios

    Buda estaba reunido una mañana sus discípulos cuando se les acercó un hombre. —¿Existe Dios? —preguntó. —Sí —respondió Buda. Después de comer, se acercó otro hombre. —¿Existe Dios? —quiso saber. —No, no existe —dijo Buda. Al final de la tarde, un tercer hombre hizo la misma pregunta. —¿Existe Dios? — —Tendrás que decidirlo tú mismo —respondió Buda. —Maestro, ¡qué absurdo! —dijo uno de sus discípulos—. ¿Cómo puedes dar respuestas diferentes a la misma pregunta? —Porque son personas diferentes —respondió el Iluminado—. Y cada una de ellas se acercará a Dios a su manera: A través de la certeza, de la negación o de la duda.

  • 3 pequeños cuentos en vídeo de Jorge Bucay para reflexionar

    1. El oso. El Zar manda decapitar a su sastre en las próximas horas… 2. Las prioridades Aunque quizá ya lo conozcas, merece la pena volver a ecucharlo por el aporte que le añade al final. 3. Situaciones difíciles Un cuento para reflexionar somo como vamos por la vida y si vivimos tan deprisa que no la disfrutamos o nos pasa todo lo contrario, que por no correr riesgos tampoco lo hacemos.  

  • Leyenda del amor eterno

    Un día el hijo de un bravo guerrero se enamoró de una joven muy bella y ambos decidieron casarse tras lograr el permiso de sus padres. Como se amaban tanto y sabiendo de los peligros de la convivencia, decidieron visitar al brujo de la tribu para que les preparase un conjuro que hiciese su amor y su alianza realmente eternas. El brujo le dijo al guerrero: Ve a las Montañas del Norte y sube a la más alta que encuentres y cuando estés en su cima busca el halcón más vigoroso, el más fuerte y más valiente de todos. Debes cazarlo y traerlo vivo aquí. Luego dirigiéndose a la hermosa muchacha le dijo: Tú ve…

  • |

    El Sabio y el Erudito

    Se trataba de un erudito muy pagado de sí mismo que siempre estaba haciendo gala de sus conocimientos de todo orden, menospreciando a aquellos que no eran tan cultos como él. Escuchó hablar de un sabio y acudió a visitarlo, pero no para interesarse por él o preguntarle algo sobre la ciencia espiritual, sino para jactarse de sus conocimientos. – No hay rama de la ciencia o de la filosofía que no haya estudiado e investigado -dijo-. Soy una biblioteca viviente. Mis conocimientos son incalculables. Entonces el sabio le miró directamente a los ojos y exclamó: – ¡Necio ignorante! El erudito se descompuso, arrebatado por la ira. Se lanzó contra…