La escalera de la dependencia – Jorge Bucay
Consecuencias de la dependencia emocional
Si la ruptura de la pareja no la aceptamos…
Podemos llegar a autoengañarnos o a adoptar una actitud victimista y manipuladora para que el otro se quede conmigo. Intentaremos hacer chantaje, dar pena… para intentar recuperarle.
¿Qué ocurre si no acepto la partida del otro?
Empiezo a descender por una escalera hasta llegar a lo peor de mi mismo, creyendo que busco la iluminación en el encuentro contigo. Aparecen en nuestra cabeza pensamientos negativos del tipo: ” no podré vivir sin ti”.
El primer peldaño es intentar transformarme en una necesidad para ti.
Me convierto en tu proveedor selectivo: te doy todo lo que quieres, trato de complacerte, me pongo a tu disposición para cualquier cosa que necesites, intento que dependas de mi. Creo que si me convierto en alguien necesario en tu vida, no podrás vivir sin mi, porque me necesitas.
Trato de generar una relación adictiva , reemplazo mi deseo de ser querido por el de ser necesitado (porque ser necesitado se parece tanto a veces a ser querido…).
Pero a veces, a pesar de todo lo que hago para que me necesites, tú no pareces necesitarme.
¿Qué hago? Bajo un escalón más.
El segundo peldaño…Intento que me tengas lástima ( porque la lástima también se parece un poco a ser querido…).
Si me hago la víctima (“yo que te quiero tanto…y tú que no me quieres…”), quizá…
“No me importa si tu no me quieres…Yo sí te quiero”
A veces esta estrategia puede funcionar, al menos temporalmente .
Pero , ¿Y si no consigo que te apiades de mi?
Bajaré un peldaño más
El tercer peldaño…al menos trataré de conseguir que me odies
Lo que no soporto es la indiferencia , no soporto que me ignores y que te de igual mi sufrimiento.
Por ello, trataré de que al menos me odies y así no ser indiferente para ti. Me enfadaré contigo y trataré de hacerte la vida imposible.
Pero… ¿y si no consigo que me odies?
Dado que dependo de ti y de tu mirada, decido una vez más que haría cualquier cosa para no tener que soportar tu indiferencia.
Bajo el último peldaño: trato de que me tengas miedo.
Miedo a lo que puedo llegar a hacer o hacerme ( fantaseando dejarte con sentimiento de culpa y pensando en mi…). Es la última y más peligrosa de las estrategias: las amenazas.