Fábula japonesa

En un lejano lugar nacieron dos hombres, el mismo día y a la misma hora. Ambos eran de familias muy humildes y para sorpresa de toda la aldea, vinieron al mundo con el mismo defecto físico: los dos tenían un gran bulto en su frente.

Cuenta esta vieja fábula japonesa, que la familia de Tse, uno de los hombres, era profundamente orgullosa y llena de soberbia. Sentían que estaban por encima de los demás y les gustaba destacarse. En cambio, la familia de Yung, el otro hombre, era humilde y tranquila. Todos los integrantes eran muy amorosos y buenos entre sí.

Fruto de su orgullo y soberbia, la familia de Tse sintió que se moría cuando vieron que el nuevo miembro de la familia tenía un defecto físico. No podían creer que uno de los suyos tuviera esa protuberancia tan poco estética en su rostro. Intentaron, sin éxito, extirparle el chichón. Todo fue inútil.

Mientras tanto, la familia de Yung actuó de manera muy diferente. Pensaron que el niño iba a necesitar más amor que cualquier otro. Por eso le educaron entre mimos y un enorme afecto. Le enseñaron que valía mucho y que el defecto en su frente no tenía por qué hacerlo sentir avergonzado.

Tse creció sintiéndose muy desgraciado. Su familia se avergonzaba de él y siempre pretendían ocultarlo. Le tapaban la frente con un sombrero, pero aún así no conseguían esconder el gran chichón que había en ella. Por eso Tse se convirtió en una persona acomplejada y triste.

Por su parte, Yung creció como un niño normal. Los demás chicos se burlaban de su chichón, pero él no le daba importancia. Incluso aprendió a bromear sobre sí mismo y se reía con los demás. Estos dejaron de ver el defecto de Yung y se fijaban más bien en su alegría y en lo buen amigo que era.

Dice esta vieja fábula japonesa, que Yung se transformó en un joven curioso y alegre. También era osado y aventurero. Entre tanto, Tse detestaba a los demás. Sentía amargura y no entendía por qué había tenido tan mala suerte al nacer.

Un día Yung se internó en el bosque y sin darse cuenta, cayó la noche. Decidió quedarse descansando allí. Ya era tarde cuando escuchó una algarabía. Cautelosamente se acercó a una fogata que se veía cerca y desde los matorrales vio lo que estaba sucediendo. Había un grupo de seres fabulosos que estaba bailando alrededor del fuego. Su apariencia era extraña. Se trataba de unos genios.

Yung sintió miedo, pero la fiesta se veía tan animada que no pudo resistir. Se aproximó, ante la mirada sorprendida de los genios y comenzó a bailar. Según cuenta esta fábula japonesa, los genios se sintieron agradados por la alegría de Yung. Bailaron con él hasta el amanecer. Rieron y jugaron a su lado.

Cuando Yung se despidió, ellos no querían que se fuera. Por eso tomaron el chichón de su frente, se lo quitaron y le dijeron: “Nos quedaremos con tu chichón para que vuelvas otra vez a bailar con nosotros”. Ellos ignoraban que para Yung era un alivio privarse de esa protuberancia y que no tenía ningún interés en volver por ese chichón que le habían quitado.

Yung volvió a la aldea, sin el chichón, y todos quedaron atónitos. Les contó la extraordinaria situación que había vivido y nadie podía creerlo. Entonces Tse, pensó que esa era su gran oportunidad. Le pidió a Yung que le prestara sus ropas, para hacerse pasar por él. Así iría y los genios también le quitarían esa molesta protuberancia de su frente.

Así lo hizo. Se internó en el bosque y ya de madrugada escuchó el jolgorio. Inmediatamente se acercó. Sin embargo, estaba ansioso de que le quitaran el chichón. Nada más le importaba. Por eso no bailó, ni compartió la fiesta con los genios. Estos intentaban sumarlo a la celebración, pero Tse se apartaba con rabia y fastidio.

Ya iba a amanecer cuando uno de los genios se acercó y le puso un nuevo chichón en la frente a Tse. “Toma tu chichón”, le dijo. “Es hora de que te vayas y, tranquilo, no te molestes en volver”. Así fue como, según esta antigua fábula japonesa, Tse volvió a la aldea con dos chichones. Desde entonces todos aprendieron que la alegría y la generosidad atraen sucesos maravillosos. Por el contrario, la ira y el egoísmo solo atraen al mal y la soledad.

Publicaciones Similares

  • Parábola Acerca de la Confianza en Uno/a Mismo/a

    Un día un sabio maestro recibió la visita de un joven que se dirigió a él para pedirle consejo: — Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar?¿Qué puedo hacer para que me valoren más? El maestro sin mirarlo, le dijo: — Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después… y haciendo una pausa agregó: — si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar. — E… encantado, maestro— titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas. —Bien— asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y al dárselo al muchacho, agregó: — Toma el caballo que…

  • Cielo e infierno

    Según cuenta un antiguo relato japonés, un belicoso Samurai desafió en una ocasión a un maestro Zen a que le explicara el concepto de cielo e infierno. Pero el monje respondió con desdén: «No eres más que un patán. ¡No puedo perder el tiempo con individuos como tú!». Herido en lo más profundo de su ser, el Samurai se dejó llevar por la ira, desenvainó su espada y gritó: – Podría matarte por tu impertinencia.- «Eso -repuso el monje con calma- es el infierno». Desconcertado al percibir la verdad en lo que el maestro le señalaba con respecto a la furia que lo dominaba, el Samurai se serenó, envainó la…

  • Vencer la mediocridad

    «Mucha gente, mucha -casi un noventa por ciento-, ha decidido vivir en la llanura, a salvo, sin arriesgarse. Nunca caen en la profundidad y nunca se elevan a las alturas. Su vida es anodina, gris, monótona, sin cumbres, ni valles, ni noches, ni días. Sólo viven en un mundo gris, sin colores… el arco iris no existe para ellos. Viven una vida gris, y poco a poco ellos también se vuelven grises y mediocres. No te acostumbres nunca a ningún tipo de mediocridad porque es un pecado contra la humanidad. No busques nunca una vida sin riesgo, ni busques nunca la seguridad, porque eso significa buscar la muerte. Vive peligrosamente,…

  • Nueve secretos para despertar el alma

    Todo el mundo, sin excepción, tiene un Alma. Esta esencia de luz es el común denominador que une la creación, el cosmos y la vida. Aquí puedes leer nueve secretos para despertar el alma: Primer secreto: Respirar consciente La respiración es un mecanismo muy particular, puede ser automático o consciente. Cuando es automático sobrevives, continuas viviendo sin darte cuenta. Cuando la respiración pasa a ser consciente, te das cuenta de que estás vivo, presente, consciente. La respiración siempre ocurre en el presente, no en el pasado o el futuro. Y en el presente eterno está nuestra divinidad interior. Respirar en forma consciente en todo momento para estar más alerta de nosotros mismos,…

  • El elefante de circo

    Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enrome bestia hacia despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal… pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas clavada a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era…

  • Los cinco niveles de relación en el sexo tántrico

    Esta práctica trata sobre los cinco niveles de relación previos a la penetración y como con su práctica, y controlando indefinidamente la ola de placer que te inundará puedes alcanzar el paraíso. El Tantra no limita la relación sexual al contacto genital, por el contrario, abundan los detalles y preparativos, que tienen el objetivo de maximizar la experiencia del orgasmo al retrasar el mismo. Antes de la penetración hay cinco niveles que practicar y gozar: Nivel mental: El poder del deseo y su visualización nunca será suficientemente valorado. La visualización es capaz de convertir dicho deseo en realidad siempre y cuando el deseo halle reciprocidad en la otra parte. Nivel de…