El valor del violín
«Las cosas no valen sino lo que se las hace valer»
¿Quién hará la primera oferta?
¡Un dólar, un dólar!
entonces…
¡Dos!
¿Sólo dos? ¡Dos dólares! ¿Hay alguien que dé tres?
¡Tres!
¡Tres dólares! … a la una, tres dólares…a las dos…
Ya se iba a vender el violín por tres dólares, pero en ese momento un hombre canoso se puso de pie, se acercó hasta donde el subastador y tomó en sus manos el arco. Limpiando el polvo del viejo violín armonizó sus cuerdas y tocó una melodía muy tierna. Al cesar la música el subastador dijo, en voz muy baja y más bien para sí: “¿Cuánto daría yo por tener este viejo violín?”. Y tomándolo con más cariño lo volvió a levantar y gritó:
¡Cien dólares! ¿Y quién da doscientos? ¡Doscientos! ¿Y quién da trescientos? ¡Trescientos! ¡Trescientos, a la una! ¡Trescientos a las dos! ¡Y trescientos a las tres!
“Vendido en trescientos dólares”, exclamó. Algunos lloraban y los demás aplaudían… “No podemos comprender” se decían, ¿Qué cambió su valor? Alguien dijo por allí que fue «El toque de la mano de un maestro».
– Pedro Alonso –