El ritmo en el que nos vemos inmersos está acelerado: mucha gente, mucho tráfico, todo son prisas… Esta situación prolongada genera en muchas personas una especie de astenia que intentan combatir con bebidas excitantes y con altas dosis de cafeína. Sin embargo, lo único que consiguen de este modo es un falso efecto energizante que provoca un peligroso desequilibrio en el sistema nervioso.
Si lo que buscamos es estimularnos de forma natural evitando el temido efecto rebote, la naturaleza pone a nuestra disposición otras alternativas más suaves y efectivas a largo plazo que, además, nos aportarán otros interesantes beneficios para nuestra salud.
Si hay una planta autóctona efectiva para activar el sistema nervioso y fácil de conseguir es, sin duda, el romero. El responsable de su gran poder estimulante es una sustancia llamada rosmaricina que estimula la circulación, favoreciendo la irrigación sanguínea en el cerebro. Esto promueve un mayor estado de aleta y facilita una mejor concentración. Para preparar nuestra infusión, evitaremos utilizar el romero que lleve años viviendo en nuestras despensas, ya que probablemente habrá perdido gran parte de sus aceites esenciales tan preciados. Lo ideal es emplear romero de producción ecológica y que nos ofrezca garantías de frescura. Bastará con infusionar durante diez minutos una cucharada por cada taza que preparemos. Los estómagos muy delicados y las mujeres embarazadas deben abstenerse de esta infusión.
Aunque su efecto es muy suave, las infusiones de menta nos ofrecen una gran cantidad de beneficios. Entre sus virtudes, destaca la propiedad de despejarnos la mente y combatir el cansancio psíquico. Además, sus propiedades estomacales y digestivas nos ayudarán con las digestiones pesadas y evitarán la inevitable fatiga que se deriva de este tipo de problemas.
El estrés afecta también en gran medida a los niños. Más allá de las infusiones digestivas con anís, hinojo y manzanilla o aquellas muy suaves para ayudarles a conciliar el sueño con tila o melisa, no deberíamos abusar de las infusiones con los niños pequeños.
Cuando son más mayores y empiezan con los agobios de las clases, deberes y exámenes, en lugar de darles bebidas con sustancias excitantes, que desequilibran su mente, lo mejor es recurrir a plantas que estimulen su memoria y concentración y que, a la vez, eviten picos de ansiedad. Podemos darles rooibos o caña santa, grandes reguladores del sistema nervioso o, mejor aún, recurrir a un excelente tónico como el romero, combinado con pasiflora, que tiene un suave efecto relajante y ansiolítico.
Fuente: El Correo del Sol