Consejos ayurvédicos para comer con conciencia

Muchas de estas pautas nos pueden resultar muy útiles a la hora de mejorar nuestra digestión y nuestra salud en general.

Toma, solamente, lo que te sea realmente útil y accesible a tu estilo de vida.

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Empezaremos con la rutina matinal, prestando especial atención a la orina, las heces y la lengua. La orina debe ser clara y de color cerveza, las heces marrón claro y de la consistencia de un plátano maduro. Si la orina es turbia y desprende mal olor, o las heces están llenas de comida sin digerir, tienen un color ofensivo y son evacuadas con abundancia de gases, es que hay ama. Cualquier saburra en la lengua indica también la presencia de ama, toxinas debidas a comidas mal digerida en el aparato digestivo.

Cuando aparecen estos signos de ama, u otros como náuseas o pesadez de los miembros, hay que ayunar todo el día o al menos saltarse una comida. No comamos sino estamos físicamente hambrientos. Si alguien no está seguro de cuando está físicamente hambriento, un día de ayuno le enseñará cómo es el hambre.

No hay que comer cuando se está enojado, deprimido, fastidiado o alterado emocionalmente por cualquier otro motivo, ni inmediatamente después de hacer ejercicio físico.

Hay que bañarse, o al menos lavarse la cara, las manos y los pies antes de empezar.

Comer sentado, en una zona aislada y limpia, si es posible mirando al este, la dirección del sol, la fuente de calor y fuego para a tierra. Comer solo, o con personas conocidas y de confianza.Procurar que todos los órganos sensoriales queden satisfechos, acondicionando el comedor con música agradable, flores frescas …

No conviene ir regularmente a restaurantes. La mayoría de la gente que nos vende comida está más preocupada por sus propios beneficios que por nuestra digestión. La satisfacción no depende de cuánto se coma. Una pequeña cantidad de comida presentada con cariño dejará satisfecha el alma, mientras que grandes montones de comida de un restaurante rápida pueden llenar temporalmente la barriga, pero dejarán insatisfechos a la mente y el espíritu.

Sólo hemos de dejar que cocine para nosotros alguien que nos quiera. En la India se suele escoger a los cocineros de entre la clase sacerdotal, para que exista al menos una posibilidad de que mientras cocinan transfieran a la comida alguna vibración espiritualmente enriquecedora. Las mujeres no deben cocinar durante la menstruación, porque están pasando por un proceso de purificación y en vez de eso deben descansar.

Mientras comemos conviene que funcione la ventana nasal derecha, ya que con ellos aumenta el fuego digestivo. Podemos hacerla funcionar acostándonos sobre el lado izquierdo durante unos minutos antes de comer, taponando la ventana izquierda con el dedo medio de la mano derecha y respirando rítmicamente a través de la ventana derecha durante unos minutos.

Cuando todo esto está preparado hay que rezar. Dar gracias a la naturaleza por proveernos de comida y al dios que cada cual venere por seguir vivos para comérnosla. Hay que tratar cada producto alimenticio con reverencia y cariño, aunque nos sirvan algo que no nos gusta pero que estamos obligados a comer. Supongamos que la suegra, que no nos gusta, nos sirve colinabos que detestamos. Si, deseando mantener la paz familiar, nos comemos los colinabos bajo coacción, estas verduras introducirán profundamente en nuestro sistema la antipatía y el odio, y alterarán nuestro equilibrio. La comida hay que comerla aunque no nos guste, con respeto por el sacrificio que está haciendo por nosotros, de modo que, con ella, entre en nuestro interior la fuerza armonizadora de la plegaria.

Antes de empezar a comer hay que dar de comer a alguien más. Tradicionalmente, en India se hace una ofrenda quíntuple: al fuego sagrado, a una vaca, a un cuervo, a un perro y a otro ser humano que puede ser un niño, un mendigo o cualquier otra persona que no pertenezca a la familia.

Se trata de una forma práctica de dar gracias a la naturaleza, dando de comer a algunos de sus hijos en agradecimiento por habernos dado en sacrificio para nuestro consumo a algunos de sus otros hijos. Es al mismo tiempo otro medio de controlar ahamkara, un reconocimiento de que la alimentación no sirve sólo para la gratificación personal sino también para un mayor bienestar de todos los seres.Demos de comer a alguien – un animal doméstico, una planta, un vecino, un desconocido– y podremos participar en algo de la alegría de la naturaleza, la alegría que siente una madre cuando alimenta a sus hijos y gracias a ello los ve crecer y desarrollarse.

Justo antes de empezar a comer hay que masticar un poco de jengibre para despertar las papilas gustativas, activar el flujo de jugos y purificar la lengua y la boca. La gente P debe omitir este paso. Lo mejor es cortar jengibre en tiras largas y finas y macerarlas en zumo de limón y opcionalmente una pizca de gema.

Concentrémonos en la comida, sin distraernos con la televisión, la radio, el estéreo o la conversación. Comamos en silencio; sentémonos a charlar después.

Debe masticarse muchas veces el bocado con lentitud y atención. Cuando se pueda, hay que comer con las manos para que la piel envíe señales de temperatura y textura al cerebro.

Alimentemos los cinco sentidos con comidas de aspecto apetitoso, sabrosas, aromáticas y de textura y sonoridad agradables (como el burbujeo de una cazuela o el silbido de una tortita al freírse).

Después de comer hay tomar una mezcla de yogur batido con agua para facilitar la digestión. Las personas de digestión débil deben tomar yogur desnatado y en proporción 1 a 3 con respecto al agua. La gente V debe añadir zumo de limón y una pizca de sal, y sazonar la mezcla con jengibre fresco o guindillas verdes picadas, o con comino y cilantro en grano, o cardamomo en polvo, con menos zumo de limón y algún endulzante como jarabe de arce o incluso azúcar; la gente K debe usar miel con jengibre o pimiento negra en polvo, u otras especias calientes como guindillas verdes picadas. Si alguien es alérgico a los productos lácteos debe omitir este paso, y algunas autoridades recomiendan evitar cualquier producto lácteo en una comida que se consuma carne.

Al final de la comida hay que dar gracias de nuevo, limpiarse la boca, aplicarse agua a los ojos para prevenir el debilitamiento de la vista causa del incremento de pitta en ese momento, orinar sin estimular la defecación y dar un corto paseo de unos 100 pasos para promover la digestión.

Evitar el ejercicio o el sexo hasta una hora después de comer, y dormir o estudiar hasta pasadas dos. Si se ha comido mucho, o se está físicamente débil, tumbarse sobre el costado izquierdo, sin quedarse dormido, para asegurar que el buen funcionamiento de la ventana nasal derecha mantenga viva la digestión.

Evitar comer muy tarde por la noche y no tomar ningún alimento que produzca kafacomo melones, yogur, productos con sésamo, queso o helado. En general todo alimento helado debilita la digestión.

Los Kapha sólo deben comer dos veces al día, dejando un intervalo de al menos seis horas entre comidas, y no deben picar. Los Pitta deben hacer tres comidas diarias con intervalos de cuatro a seis horas. Los Vata deben comer tres o cuatro veces al día en pequeñas cantidades cada vez, y pueden tomarse un bocado cuando lo necesiten con intervalos de al menos dos horas. Nadie debe comer a intervalos de menos de dos horas porque es el tiempo mínimo que tarda el intestino en prepararse para la siguiente comida.

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