Cielo e infierno

samurai

Según cuenta un antiguo relato japonés, un belicoso Samurai desafió en una ocasión a un maestro Zen a que le explicara el concepto de cielo e infierno.

Pero el monje respondió con desdén:
«No eres más que un patán. ¡No puedo perder el tiempo con individuos como tú!».

Herido en lo más profundo de su ser, el Samurai se dejó llevar por la ira, desenvainó su espada y gritó:
– Podría matarte por tu impertinencia.- «Eso -repuso el monje con calma- es el infierno».

Desconcertado al percibir la verdad en lo que el maestro le señalaba con respecto a la furia que lo dominaba, el Samurai se serenó, envainó la espada y se inclinó, agradeciendo al monje la lección.

– «Y eso -añadió el monje- es el cielo».

Publicaciones Similares

  • ¿En qué pones tu energía?

    Vengo de una librería muy particular. En ella se venden libros no comerciales, de tirada corta, casi artesanos. Hoy me he traído a casa uno que se titula “Las mágicas agendas de los terapeutas”. Habla de un hecho bien conocido entre los profesionales de la salud, especialmente de la salud mental: la sincronicidad que existe entre los casos que les toca tratar en sus consultorios y las etapas por las que van pasando en sus propias vidas. Una psicóloga cuenta que criando a sus hijos le llegaban muchos niños con problemas de desarrollo, en el momento que eran adolescentes, abundaban los casos de chicos y chicas en esta edad, si…

  • Rollitos de col

      Ingredientes: 8 hojas grandes de col rizada 200g de arroz integral hervido 80g de nueces sin cáscara 1 cebolla 1 diente de ajo Salsa de tomate tradicional 3 cucharadas de aceite de oliva Sal marina   Preparación: Pelar y picar muy menudos la cebolla y el ajo Picar las nueces Hervir la col durante 7 minutos. Escurrir las hojas, retirar la parte más dura del tallo central y colocarlas sobre un paño. Calentar el aceite en una sartén y rehogar la cebolla y el ajo; cuando la cebolla esté pochada, añadir el arroz integral hervido, las nueces y la sal, remover ligeramente y mantener al fuego durante 5 minutos….

  • ¿De vacaciones? Dale un descanso a tu mente

    Muchas veces tendemos a entender los periodos vacaciones como el momento de hacer cosas, de hacer muchas cosas: conocer nuevas lugares, recorrer ciudades, visitar museos, hacer diferentes actividades de ocio. Todas esas cosas están muy bien y son muy necesarias ya que nos permiten romper con la rutina, abrirnos a nuevos paradigmas y explorar nuevos lugares. Pero, ¿y nuestra mente? ¿Habéis pensado en que las vacaciones también pueden ser un buen momento para pensar en nuestra salud mental? Compartimos algunas ideas que te ayudarán a dar a tu mente un merecido descanso: Menos tecnologías. Vivimos en un mundo tecnológico e hiperconectado. Minimiza unos días la tecnología. No pasa nada si…

  • Timbal de quinoa

    Ingredientes para 4 personas: 2 Tazas de quinoa 1 Taza de champiñones 4 Cebolletas 1 Pimiento Aceite Preparación: Lavar la quinoa hasta eliminar toda la espuma del agua. Poner a cocer a temperatura media en doble cantidad de agua fría con una pizca de sal, hasta que se evapore el agua. Mientras tanto, cortar en tiras las cebolletas, el pimiento y laminar los champiñones y saltear. Colocar la quinoa y las verduras salteadas en un bol y remover. Salpimentar y añadir unas gotas de aceite de oliva. Servir dándole forma con ayuda de un molde cilíndrico, o usar un molde de flan. Adornar con alguna hierba al gusto. Variación: Acompañar…

  • Enseñanza: El Vaso con Agua

    Un psicólogo en una sesión grupal levantó un vaso de agua, todo el mundo esperaba la típica pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío? Sin embargo, preguntó: – ¿Cuánto pesa este vaso? Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. El psicólogo respondió: – «El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar se vuelve.» Y continuó: «Las preocupaciones son como el…