Zanahoria, huevos o café… ¿sabes qué eres?
Hace tiempo leí una historia que desde entonces la recuerdo siempre que siento que me quiero quejar, o siempre que oigo a alguien quejarse. Tener ésta historia presente me recuerda que por muy difíciles o duras o pesadas que sean las circunstancias siempre podemos elegir transformarlas. Sólo necesitamos tener claro qué somos y ejercitar la actitud correcta sin tirar la toalla.
Érase una vez una hija que siempre se estaba quejando a su padre de lo difícil que era su vida, ella siempre estaba resolviendo cosas;
apenas había resuelto una cuestión que ya le estaba surgiendo otra. Y se sentía agotada y desmotivada.
Un día su padre, cansado de oir sus quejas, le llevó con él a la cocina y le pidió que observara. Entonces, el padre colocó tres
cazuelas con agua, en tres fuegos. Cuando el agua estuvo hirviendo, metió zanahorias en la primera cazuela, en la segunda
cazuela metió huevos y en la tercera metió granos de café.
La hija miraba ansiosa a su padre sin entender muy bien qué era lo que éste pretendía.
«Con todas las cosas que ella tenía que resolver… y la tenía ahí parada mirando cómo cocer comida…” Pero se mantuvo callada y observó, deseando que acabara.
Al cabo de un rato el padre sacó las zanahorias, los huevos y los granos de café del agua hirviendo. Y los dispuso en tres fuentes
diferentes.
Entonces, pidió a su hija que se acercara y le dijo así:
– Mira hija, las zanahorias eran duras y el agua hirviendo las volvió blandas. Los huevos tenían una frágil cáscara que protegía un
frágil interior, y el agua hirviendo los volvió duros. Los granos de café son los únicos que al estar en agua hirviendo cambiaron el
agua y ellos siguieron siendo granos.
Entonces preguntó a su hija:
– Y ahora hija, dime: ¿tú qué eres? ¿Eres zanahoria, huevo o café?
Exactamente lo mismo puedes preguntarte tu.
- ¿Eres como la zanahoria que parece fuerte y al contacto con la adversidad te vuelves frágil y vulnerable?
- ¿O acaso eres como el huevo que parece frágil y fluido y tras una experiencia difícil te vuelves duro, rígido y seco?
- ¿O tal vez eres como los granos de café, que ante una circunstancia difícil y extrema la transformas y sacas lo mejor de ti, tu propia esencia, cambiando aquello que te rodea y convirtiéndolo en algo mejor?
- O puede que no seas sólo una cosa… ¿Te lo has preguntado alguna vez?
– Mara Guzmán – Psicóloga
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