Os dejamos un breve cuento, sacado de un libro de Jorge Bucay.
Una vez,un maharajá que tenía fama de ser muy sabio cumplió 100 años. El acontecimiento fue recibido con alegría, ya que todos querían mucho su gobernante. En el palacio se organizó una gran fiesta para aquella noche y fueron invitados poderosos señores del reino y de otros países.
A los postres, el rey mandó traer todos los regalos en dos montones. Uno de cientos y grandes costosos regalos, y otro más pequeño, con sólo una docena de presentes.
El maharajá empezó a abrir los regalos del primer montón y fue llamando a quien se los había enviado. A cada uno lo hacía subir al trono y decía: «Te agradezco tu regalo, pero te lo devuelvo y estamos como antes». Y devolvía el regalo, sin importar que fuera.
Cuando terminó con el primer montón, se acercó a la segunda montaña de regalos y dijo:
«Estos regalos no tienen remitente. Estos si los voy a aceptar porque no me obligan a nada y, a mi edad, no es bueno contraer deudas».