¿Eres de los que come frente al televisor algo rápido? ¿O eres una de esas personas que va a un restaurante macrobiótico y pregunta cuál es el plato de temporada?
Sea cual sea la respuesta puede interesarte el mindful eating.
El mindful eating no se trata de comer solo por puro placer o sensación de saciedad. Tampoco de vivir siempre bajo una etiqueta de crudivegano, macrobiótico o ayurvédico ya que esto no ayuda al mindfulnes y elegir desde el ahora.
¿Qué es el mindful eating o «un bocado a la vez»?
El mindful eating es una técnica en la que comer se convierte en una meditación que conecta al comensal con el ahora.
El mindful eating tiene como objetivo equilibrar nuestras relaciones con la alimentación para que sea más consciente. Para practicarlo hay que experimentar y escuchar al cuerpo y las sensaciones en cada momento. El mindful eating se conoce también como ‘alimentación consciente’ o ‘alimentación intuitiva’.
Esta práctica propone una invitación a testar qué alimentos, qué rutinas y qué horarios le sientan bien a tu cuerpo y a tu mente y cuáles no. Pero no estamos igual cada día, ni nuestro cuerpo está igual todas las estaciones del año.
Por ejemplo, si estamos tristes, quizás nos dé más vitalidad y alegría un plátano que un pedazo de tarta.
Un cuerpo equilibrado y una mente calmada elegirá siempre lo más sano y natural.
También está basado en que no haya distracciones mientras estás comiendo.
Se trata de dejarnos llevar por los colores que más nos llamen, las texturas o la temperatura de la comida.
Si estamos conectados con el cuerpo, no nos equivocaremos en lo que nos apetece comer en un momento dado. Si no elegimos desde la ansiedad, ni desde el otro extremo (la rigidez).
Beneficios del mindful eating
Los beneficios del mindful eating son los mismos que los de la meditación, pero con el valor añadido de que tu alimento se convierte en tu medicina.
Cuando empieces a practicarlo ya no sentirás que la ansiedad, el hambre o las obsesiones con la comida te controlan.
Se trata de cambiar el chip y pensar que tu cuerpo es la máquina perfecta que está a favor de tu salud tanto física como mental.
«Mens sana in corpore sano» es una frase del autor romano Décimo Junio Juvenal escrita entre los siglos I Y II d.C, que quiere decir exactamente «Mente sana en cuerpo sano». Y es que, parece que los antiguos tenían más tiempo para sentir la conexión entre su cuerpo, su mente y sus emociones.
Las ventajas de practicar el mindful eating son:
- Tu cuerpo deja de pedirte alimentos que generan adicción y son menos saludables como el azúcar, las harinas blancas o el alcohol. De hecho, si necesitas depurarte de ciertas cosas y estás un tiempo comiendo más ‘detox’ hasta que generes el hábito, te acabará pidiendo esos alimentos
- No hay alimentos prohibidos, si no que el cuerpo se afina como un radar y habrá alimentos que te pedirá en cantidad moderada y de vez en cuando en lugar de con ansiedad
- Buenas digestiones porque comes más tranquilo. Eso evita gases, cólicos y trastornos similares
- Desarrollar una confianza en nuestro cuerpo, esto nos empodera como seres individuales liberándonos de obsesiones y también de adicciones
- Disfrutar más de los alimentos, tanto de su sabor, como de su textura y sus colores incluso
- Hacerte consciente de tu hambre y saciedad.
- Valorar por ti mismo/a cómo te sientan ciertos alimentos tras comerlos e ir construyendo día a día tus menú.
- El cuerpo adquiere coherencia a medida que se va depurando. Es decir, él solo te pedirá alimentos de temporada, sanos y menos procesados.
Ejercicios para iniciarse en el mindful eating y hacer que se convierta en un hábito
Puede parecer que convertir el mindful eating en un hábito es complicado, pero si te gustaría disfrutar de todos los beneficios que aporta basta con practicarlo.
En Mundo consciente pensamos que la manera de transformar algo en nuestra vida es practicar. Igual que hemos generado malos hábitos durante años, puedes hacerlo con los positivos en materia de alimentación con algunas prácticas para llevar a cabo mindful eating:
- Toma alguna respiración antes de elegir qué comer, así estarás más calmada/o y elegirás lo que necesita tu cuerpo
- Bebe un vaso de agua antes de comer, porque a veces confundimos el hambre con la sed y comemos con ansiedad
- Come la cantidad que tu cuerpo te pida: y si no tienes hambre, no comas
- Medita diariamente entre diez y veinte minutos. Al principio meditar parece un mundo, pero en seguida se hace un hábito y con sólo ese tiempo al día se experimenta un cambio notable
- Come sin distracciones y observa las emociones que aparecen mientras lo haces.
La tecnología no es una buena opción mientras comemos porque te desconecta de ti. Si conversas con alguien, procura estar en ti mientras
- Saborea cada bocado y siéntelo
- Come lo que te apetezca porque lo importante es la cantidad que comas.
Si tu cuerpo te pide cierto alimento es mejor que se lo des, sin ansiedad a que sufras la continua ansiedad de la restricción
- Tómate tu tiempo para masticar bien. Si te quedas en la mesa el/la última siempre no te avergüences, ¡lo estás haciendo bien!
- Mueve tu cuerpo e intenta evitar el sedentarismo. Cuando movemos nuestro cuerpo todo nuestro sistema se activa, el estómago lo primero.
Además, quemarás estrés y ansiedad y comerás lo que necesitas porque si te acostumbras a moverte te darás cuenta de que hacerlo con el estómago demasiado lleno es incómodo y tu energía baja.
En nuestros retiros comemos comida del huerto y después de hacer nuestras prácticas de yoga y meditación, biodanza y desarrollo personal.
Todos los alimentos son ecológicos y de temporada y la gama de texturas y colores es rica, para vivir una experiencia de transformación holística. Para dejarte llevar por tu cuerpo, lo primero es entrenar el sentir para escucharlo correctamente.