Mind Workshops for extraordinary business people
Las corporaciones reclaman, además de los conocimientos y la experiencia necesaria, directivos con una mente altruista y sabia.
El altruismo se explicita al reclamar a los directivos que estén al servicio de los accionistas, clientes, empleados, a su propio equipo y, con la boca mas pequeña, al servicio de la comunidad y el ecosistema. Estar al servicio de todos estos intereses sería actuar con responsabilidad universal. En mi opinión , la única manera de mantener el sistemas económico social sostenible.
No conozco ninguna empresa ni ningún libro de liderazgo que plantee: “Piensa en ti mismo, en tus intereses en tú remuneración, lidera para ti…”
Aunque muchos directivos se preocupan más por ellos que por el resto, pensar así no beneficia a nadie, especialmente al que porta el pensamiento. Esta actitud no crea más que sufrimiento al protagonista, o al menos priva al directivo de sentirse satisfecho, arrastrando el regustillo de la insatisfacción, más o menos crónica y en muchos casos, portando los molestos pinchitos de la irritabilidad.
Es evidente que la satisfacción personal viene pasar del Whatabout me? al Whataboutyou?
También se reclama una mente sabia, capaz de comprender el sistema, empresa-mercado-comunidad-individuo, capaz de comprender las interrelaciones, la interdependencia, los efectos de las decisiones. Una mente capaz de decidir aquello que es más beneficioso y menos perjudicial en cada momento. En definitiva, ser capaz de tener una visión profunda de la realidad y ser capaz de tomar la decisión correcta.
Lo interesante es que lo que interesa a la empresa es lo que más interesa al directivo, al portador de la mente y lógicamente al resto de sistema. El resultado para la empresa es beneficio sostenible. El resultado para la persona es el premio gordo: satisfacción serena, enérgica, estable y duradera, el poder, el dinero y el estatus ya lo tenía por el simple hecho de ser directivo.
Actuar con altruismo y sabiduría requiere desarrollar la mente, no vale con el mero hecho de desearlo como una intelectualización, son cualidades humanas que hay que desarrollar hasta que sean parte de nuestra naturaleza.
Esta es nuestra misión, Mind Workshops pone su foco en el desarrollo de mentes altruistas y sabias y, como consecuencia, satisfechas. Nos proponemos ayudar a la clase dirigente a disponer de todo su potencial.
Partimos de la idea del potencial original. Es cierto que no todas las personas tiene estas capacidades: pensamiento analítico, el pensamiento conceptual, pensamiento sistémico o expresión lingüística. Lo que si es cierto es que cualquier persona puede disponer de las mejores cualidades humanas como es la humildad, la paciencia, el amor, el altruismo y la sabia.
Mind Workshops se centra en las cualidades.
Para acceder a estas cualidades lo primero que tenemos que hacer es liberarnos de las emociones destructivas, aquellas que nos afectan negativamente a nosotros y a los demás.
En occidente solemos aplicar el autocontrol, que se limita a no expresar pero sin duda nos afecta a nosotros y a los demás, ya que mediatiza nuestra pensamiento y acción, y se nota. Quién es capaz de estar enfadado con alguien y tener una mente clara para tomar la decisión más beneficiosa para el conjunto.
En Mind Workshops proponemos dos formas de liberarnos de las emociones destructivas: disolverlas en el momento en que se forman y la utilización de antídotos.
El primer método conlleva desarrollar la conciencia para una detección temprana de la emoción, para posteriormente disolverla poniendo conciencia en la sensación y quitándola de las supuestas causas externas que disparan esa emoción.
El segundo método, utilización de antídotos, parte de dos estados mentales u emociones que no pueden darse al mismo tiempo uno es antídoto del otro.
El método trata sobre desarrollar la emoción incompatible. Si la emoción a eliminar es el enfado con una persona, en vez de comprimir el enfado, se trata de desarrollar el aprecio, ya sea con una persona u otra. De alguna manera estamos aumentando nuestra capacidad de sentir aprecio y, como consecuencia, disminuyendo la capacidad de sentir enfado.
La mente altruista empieza por el desarrollo de la generosidad. Generosidad es una mente altruista puesta en acción. No se pretende que la persona sea total y genuinamente altruista, que no espere nada para sí misma. Esto sería ir demasiado lejos para empezar. Más bien, me refiero al “egoísmo inteligente”, en contraposición al “egoísmo idiota”, términos acuñados por S. S.el Dalai Lama. Es normal que uno quiera que le vaya bien, y sentirse satisfecho, pero es inteligente no olvidar y entender que gran parte de ese deseado bienestar proviene, por el principio de la interdependencia, de los demás, del conjunto; y actuar en consecuencia con este entendimiento. Egoísmo idiota es ver las situaciones de forma estrecha y cortoplacista, buscando el interés propio sin tener en cuenta la interdependencia del sistema.
Estas bases permiten que aflore la sabiduría. La ausencia de emociones destructivas conlleva calma y claridad mental. Si a esto unimos una motivación altruista desarrollada desde la generosidad, es más fácil que aflore nuestra sabiduría natural y que seamos capaces de tomar la decisión más beneficiosa y menos perjudicial para el conjunto.
@ Fernando Iglesias
Co-Founder Mind Worshops and Coach
Próximos workshops, del 1 al 5 de mayo y del 15 al 18 de mayo encuentra toda la información en: www.mindworkshops.com