Un Maestro hizo una pregunta abierta a sus alumnos: “¿Cuándo acaba la noche y comienza el día?”.
Uno de los discípulos, tras pensarlo brevemente, respondió: “Cuando miras a la distancia y puedes diferenciar a una vaca de un caballo”.
Otro, por su parte, dijo: “Cuando miras a un árbol a la distancia y puedes saber si es un cedro o un pino”.
El tercero agregó: “Cuando miras las páginas de un libro y puedes leerlo sin tener que encender una lámpara”.
Al final, el Maestro terminó diciendo: “En verdad, sigue siendo de noche si al mirar el rostro de los hombres y mujeres que se cruzan contigo en la calle, no logra reconocerse que ellos son nuestros Hermanos y Hermanas”.